La adquisición del control de esfínteres es un hito muy importante en el desarrollo del niño /a.
Ser capaz de hacer pis y caca de manera voluntaria en el wc es un objetivo que se plantea a partir de los dos años y medio de edad, justo un poco antes de ir al cole para que ya comiencen siendo autónomos. Pero esta enseñanza y aprendizaje varía de un niño a otro, no sólo dependiendo de la educación familiar, también en función de la madurez del niño/a.
Pero existen una serie de indicadores generales. Válidos para todos ellos y que facilitan la adquisición de esta actividad básica de la vida diaria y su independencia.
En el caso de los niños con autismo, discapacidad intelectual u otras necesidades de apoyo educativo, nos podemos encontrar algunas dificultades que pueden afectar en el aprendizaje. Como por ejemplo alteraciones en la comunicación, comprensión, dificultades para adquirir esquemas causa-efecto, inflexibilidad (manifiesto por ejemplo de la utilización de otros wc fuera de casa), dificultades para imitar, disfunciones de procesamiento sensorial (hipersensibilidad o hiposensibilidad táctil y/o propioceptivo, miedo al ruido de la cisterna etc.), auto estreñimiento por experiencias negativas de dolor cuando hacen caca etc.
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¿Os suenan estas dificultades?
Todo ello puede provocar un proceso más lento y costoso, la buena noticia es que la mayoría al final, tarde o temprano lo consiguen si no hay problemas motores o físicos asociados.
Siempre aconsejo que el proceso debe de ser constante. No comenzar a trabajar en verano, no llegar a lograrlo, dejarlo pasar, comenzar una vez más a los seis meses… Así volvemos loco al niño y los papás poco a poco se agotan también. Se pierde la motivación y finalmente se nos hace toda una cuesta a la que no vemos el final.
¿Cuándo podemos empezar a trabajar la retirada del pañal y el control de esfínteres?
Comenzar a enseñar a un niño antes de que esté preparado biológica y psicológicamente preparado es un error muy habitual que tiene efectos negativos posteriormente, esto frecuentemente ocurre por la prisa que les entra a los papás.
Se puede llegar a condicionar negativamente el momento de sentarse en el wc, estableciéndose una asociación no deseada entre ese momento y la presencia de niveles elevados de ansiedad, lo que finalmente provocará que el uso del wc sea un estímulo negativo y de rechazo.
Para ello, antes de comenzar a trabajarlo, es importante tener en cuenta algunos indicadores que nos dicen que es el momento adecuado para que tenga éxito:
· Debe ser capaz de permanecer "seco" al menos cincuenta minutos.
· Puede permanecer tranquilo sentado en el wc o el orinal durante un par de minutos.
· Muestra algunos signos de "notar" o ser consciente de que está mojado o sucio (se esconde para hacer caca en el pañal, se toca cuando se hace pis etc).
· Es capaz de seguir algunas órdenes sencillas.
¿Por dónde empezar? ¿Orinal o inodoro/wc?
No existe ninguna medida general que diga que es mejor comenzar en el orinal y pasar posteriormente al wc/taza o directamente al wc. Cada niño es un mundo y va a depender de dónde muestre más motivación e interés el niño/a.
Pero, si me preguntarais como terapeuta, en los casos en los que exista una marcada resistencia a los cambios, inflexibilidad, dificultades de comprensión etc., os recomendaría realizarlo directamente en el wc para evitarnos dos cambios y modificar continuamente el aprendizaje y rutina establecida en el niño/a.
Claves básicas:
· Registrar cuántas veces hace pis y caca y en qué horarios.
· Establecer un horario aproximado.
· Crear rutinas.
· Utilizar refuerzos.
· Enseñar a través de la imitación y las experiencias de los papás (si van al baño enseñarles como se va el pis y la caca y como les despedimos: “¡Buen viaje por las tuberías!”
· Ofrecer un ambiente agradable y tranquilo.
· Emplear apoyos visuales en casos que esté contando más para facilitar el entendimiento (vídeos, imágenes, cuentos etc.) y secuenciar la actividad si es necesario por pasos (bajarse el pantalón, el calzoncillo, sentarse en el wc etc.).
· Ofrecer un sistema de comunicación (si es necesario) que permita al niño/a expresar la necesidad cuando surja.
· Respetar su intimidad.
· Es muy importante que la caca no sea dura, puede llegar a un punto que el niño al hacer fuerza sienta dolor y asociar el hacer caca a un miedo y mal estar. Ofrecer una dieta rica en agua, fibra, frutas, verduras y cereales.
Es importante que consideréis la importancia del proceso y tengáis paciencia y esta se la transmitáis al niño/a. Es un proceso que necesita tiempo, las prisas, exigencias y las expectativas a corto plazo, sólo generan estrés, aportan mal humor y finalmente, fracaso.
Lo que nunca se debe hacer:
· No se debe castigar si se producen “escapes”.
· No insistir ni “obligar “a que el niño/a se siente en el orinal o wc/taza, si no se quiere sentar habrá que buscar la manera, el momento y la motivación.
· Tener prisa y transmitirle esa prisa al niño/a.
· Ser poco sistemático con las rutinas y los pasos establecidos. Si se comienza a trabajar tiene que ser un trabajo constante, no un día sí y tres no.
· Utilizar ropa estrecha y complicada para la independencia del niño/a.
Os recomendamos algunos libros y cuentos que ayudan y son bonitos a la vez, no sólo para adquirir el control de esfínteres.
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Esperamos que os haya gustado y, sobre todo que os sirva.
No obstante, podéis poneros en contacto con nosotros sin compromiso.
¡¡Nos vamos corriendo al baño!!
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